Sánchez, la izquierda y el freno a la ultraderecha
Así va la vaina: mientras medio continente se va inclinando a la derecha, el que manda en España sigue firme con su agenda progresista, aunque con la soga al cuello. Después del golpazo en Portugal, donde los socialistas terminaron cediendo terreno por la renuncia de António Costa, en La Moncloa están con los ojos bien puestos aprendiendo de los errores vecinos. En el Gobierno repiten que la clave es no soltar el coroto y mantener las políticas sociales desde el poder, algo que en Portugal no lograron y la ultraderecha aprovechó. Aquí, Sánchez insiste en seguir dándole la pelea desde el Ejecutivo, aunque los escándalos lo persiguen como sombra en mediodía.
Escándalos, Israel y cortinas de humo
Y hablando del que manda en España, la cosa con Israel se está poniendo candela. Sánchez atacó fuerte al gobierno de Netanyahu, incluso lo llamó Estado genocida, pero desde Jerusalén dicen que eso es puro show para tapar los líos internos por el caso Air Europa y los mensajes con Ábalos. Entre acusaciones de corrupción y pedidos de expulsión de Israel de Eurovisión, el Gobierno español no da una sin que levante polvo.
Feijóo, Milei y los discursos a futuro
Del otro lado, Feijóo anda prometiendo una «limpieza profunda» del sanchismo si llega a La Moncloa. Abrirá el debate ideológico del PP y apuesta a la unidad, aunque reconociendo que no todos piensan igual. Mientras tanto, en Argentina, Gustavo Lazzari se montó en la ola optimista de Milei y dijo que en 15 años podrían tener el mismo PBI que Italia y España. Oye, suena bonito, pero hay que ver si no se queda en puro cuento.
Rumanos votando desde España
Y cambiando de acera, los rumanos en España se activaron con fuerza en la segunda vuelta de sus elecciones presidenciales. Más de 130 mil ya habían votado antes del mediodía, superando la participación de la primera vuelta. Aunque el panorama político en Rumanía está más enredado que nudo de zapato, la comunidad en España no se quedó de brazos cruzados. ¡Así se hace!
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